Curar y Educar Personas Indígenas
A fines de los 90’s, un joven hombre indígena con zapatos que no calzaban y una camisa llegó a las instalaciones de la Fundación. El estaba sudando mucho. Estábamos sorprendidos cuando nos dijo que su guía espiritual le había dicho que nos buscará para ayudarle a su grupo de Indígenas Cabécar entrar al mundo moderno mientras a la misma vez, ayudarles a preservar sus costumbres e idioma tradicional.
Aceptamos el reto y empezamos lo que se convertiría en una relación duradera de respeto y cariño mutuo. Empezamos nuestra visita a la zona cada tres meses pero pronto se volvió una rutina mensual. Voluntarios empezaron proveyendo comida y semillas que eran altamente necesitados. Algunos voluntarios notaron que algunos nunca habían visto personas de afuera, nunca habían estado en reuniones de grupo y nunca habían recibido acceso a educación o servicios de salud. Les dimos ropa, sesiones de educación, clases para los jóvenes, empezamos a enseñarles sobre el control de natalidad y apoyamos sus esfuerzos de construir un escuela pública para sus ninos. La Fundación apoyó la guardería local al pagarle a mujeres locales a darle clases a los jóvenes en cabécar. Les hablábamos en español, pero siempre aseguramos que haya una traducción a cabécar. Cuando vimos la forma que hacen tela de la corteza del árbol, empezamos un programa de arte extendido con las mujeres donde les enseñamos a tejer fajas y bolosos.
En el 2008, la Fundación recibió una donación de la embajada Holandesa y construimos un puente colgante sobre el Río Chirripó que a menudo se inunda. Con esta construcción, ayudamos la comunidad tener menos enfermedades al no tener que mojarse para cruzar el puente. Después construimos un centro comunal de educación e intercambio donde las mujeres son anfitriones para los visitantes. Su programa incluye educación cultural para visitantes donde aprenden cosas como plantar usando un palo, cocinar plátanos, como cargar bebés en un trapo y cómo hacer colores y medicinas naturales. Las mujeres ahora están administrando este proyecto casi independientemente y se han organizado para ensenarse entre ellas las diferentes habilidades. A través de este programa de educación, esperamos mandar el mensaje que los indígenas tienen mucho que ofrecernos y que se pueden percibir a ellos mismos como cuidadores de la tierra. Hacemos esfuerzos constantes para eliminar ese sentimiento de caridad y victimización que muchas veces acompana ayuda exterior.
Después nosotros empezamos a trabajar con otra pequeña comunidad de indigenas Cabecar al otro lado del puente y el centro cultural/educativo. Es una caminata fácil de 40 minutos desde el centro a la escuela de un aula y estamos felices de decir que ayudamos pagar la construcción del comedor para la escuela con la donación de nuestros amigos colegiales Canadienses. También ayudamos a proveer materiales educacionales y recursos para la escuela, ollas para el comedor y una pizarra para el aula. a
Nuestros futuros planes en la reserva incluyen la construcción de una clinica madre que será administrada por el sistema de seguro social de CR. Esta clinica será grande con cuartos de examen, clinica dental, cuartos para hospedaje para doctores, un cuarto para partos y un centro educativo. Usaremos la facilidad para proveer cuidado médico y educacional para la población. Una vez que esta construcción se complete, esperamos después hacer clínicas más pequeñas en cada una de las 5 comunidades donde visitará un doctor semanalmente. Ya empezamos la construcción de la primera clinica y la tierra esta siendo preparada para recibir los materiales de construcción.
Esperamos abrir los centros de visita a otros grupos, como son los cruceros o turistas de aventura. De esta manera las mujeres pueden continuar a ganar sus ingresos a través de la venta de sus artesanías y se volverán más autosuficientes.